Cuando ser desorganizado es más que solo eso

Tatiana Laventman

marzo 3, 2022

Más gente de la que imaginamos sufre de problemas relacionados a la función ejecutiva pero muy pocos saben a que se refiere este proceso y por qué es tan importante para todo lo que implica ser un adulto autosuficiente.

Empecemos por lo más importante, las funciones ejecutivas son procesos mentales en los que nos basamos para auto-regularnos; poniéndolo de una manera más sencilla, las funciones ejecutivas nos ayudan a controlar, planear y organizar nuestros pensamientos, palabras, acciones y emociones y, como si esto fuera poco, nos apoyan a percibir y manejar el tiempo. 

Estas funciones se van desarrollando en secuencia, esto quiere decir, que primero se construye y fortalece una y después se va desarrollando la siguiente que tendrá un nivel mayor de complejidad y así sucesivamente empezando a la corta edad de 2 años, para que se termine de desarrollar por completo entre los 25 y los 30. 

Hay ciertas características individuales que pueden hacer que alguien tarde más en adquirirlas por completo, por ejemplo, en personas con Trastorno por Déficit de Atención, Trastorno del Espectro Autista o incluso en personas con Desorden de Integración Sensorial, en la que todas las sensaciones del entorno llegan al mismo tiempo a su sistema nervioso y es muy difícil organizarlas. 

Pero ¿qué es lo que abarcan estas funciones y por qué son tan importantes? 

Algunas de las funciones que se consideran ejecutivas son:

  1. 1
    Iniciación de una tarea
  2. 2
    Planeación
  3. 3
    Atención
  4. 4
    Organización
  5. 5
    Control de impulsos
  6. 6
    Ejecución de actividades

Si leemos detenidamente esas palabras, nos daremos cuenta que son habilidades básicas para cualquier actividad: desde saber cómo vestirnos, cuándo lavarnos los dientes, hasta planear en qué momento nos vamos a sentar a escribir un artículo importante o acudir a una junta.

En los niños, disfunciones en el procesamiento ejecutivo en la escuela pueden incluir:

  • Problemas al escribir sus ideas
  • Dificultad al formar letras
  • Mal uso del lápiz o pluma
  • Papel que se rompe o muy arrugado
  • Letra ilegible
  • Problemas con la mecánica de la escritura: sentarse correctamente, comprender cuándo sacarle punta al lápiz, cuándo borrar, etc.
  • Escribir, vestirse o, en general, hacer las cosas muy lentamente

Al enfrentar este reto, muchos psicólogos, educadores y padres cometen el error de intentar enseñarle a los niños con dificultades en habilidades de organización y planeación escribiendo en un calendario o agenda lo que necesitan hacer; pero hagamos la siguiente reflexión: si tienen dificultad para organizar y planear, ¿cómo piensan que van a organizar y planear en una agenda? Al leerlo de esta manera suena ilógico ¿cierto?, pues en parte lo es.  Y es que tal y como las funciones ejecutivas se van perfeccionando y siendo cada vez más complejas, también lo debe ser la manera de enseñarlo.

Aquí les presento unos tips muy simples para empezar a lograrlo:

  • En los niños pequeños, comenzar por hablar de lo que se va a hacer, esto puede ser desde lo más simple, por ejemplo, ¿qué pasos debes seguir para vestirte?, ¿qué clases tendrás hoy en la escuela?, si vamos a comer sopa, ¿qué vamos a necesitar, qué mano vas a usar?
  • Una vez que los niños puedan explicar los pasos en una actividad a seguir de manera oral, podemos seguir con el siguiente nivel de dificultad.
  • En este nivel, pueden empezar a identificar las rutinas según los días de la semana: de lunes a viernes voy a la escuela; los martes a futbol y los viernes a comer con la abuela.
  • Después se tendrá que empezar con las tareas, y asegurarse por completo que tengan todo el material que necesitan antes de empezar a realizarla, éste es el primer paso a una planeación con un mayor nivel de dificultad.
  • Una vez que hayamos logrado estos pasos, y solo que lo hayan logrado, podemos comenzar a utilizar un calendario que esté siempre a su vista, pero lo más importante es: que sean ellos mismos los que escriban las fechas importantes en el calendario; porque si alguien más lo hace, se pierde el sentido de organización y planeación, pero sobretodo de auto-regulación (que ellos mismos sepan manejar los eventos que ocurren).
  • Y, por último, podrán manejar una agenda, que es una herramienta valiosísima en la vida de cualquier adulto funcional, y si la saben usar desde niños (siguiendo los pasos de la organización y planeación) serán unos expertos usuarios de ella. 

Como lo ven, no todo está perdido, ayudémosle a los niños a madurar y reafirmar sus funciones ejecutivas y, si como adultos, aún se enfrentan a problemas de este tipo, siempre es importante ir algunos pasos atrás, encontrar herramientas virtuales como un planeador diario (Daily planner) o visuales como post-its o calendarios que vayan cambiando de lugar para que no se acostumbren a verlo y que, al final, se termine por extinguir lo que quieren recordar. 


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